La Antártida cuenta con la mayor reserva de agua dulce del planeta, con 77% del total mundial y 90% del hielo terrestre. Su relevancia también se pone de manifiesto en su historia geológica, el inmenso sistema hídrico que la compone y la vida que se ha adaptado para tolerar su ambiente hostil.
Los gobiernos de Chile y Argentina reclaman este territorio con el argumento de haber heredado el área de influencia de la Corona española en América, establecida en el tratado de Tordesillas de 1494.
Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, la Unión Soviética–hoy Rusia–, el Reino Unido y Estados Unidos también han plantado sus ojos en Antártida a lo largo de los siglos.
La carrera por reclamar su propiedad desencadenó conflictos diplomáticos que casi se tradujeron en bélicos, hasta que la intención estadounidense de experimentar con armas nucleares en el territorio, la negativa de las dos naciones sudamericanas y el respaldo de la URSS derivaron en la firma del Tratado Antártico.
Este tratado definió a la Antártida como un sitio dedicado a “la libertad de investigación científica con fines pacíficos y la armonía internacional”.
Desde entonces, lejos de ser el taller de guerra que se imaginó, la Antártida se consagra a la paz, la ciencia y la cooperación, con 53 países adherentes al tratado
Posición argentina en cuanto al continente antártico
La Argentina reivindica soberanía sobre el Sector Antártico Argentino comprendido entre los meridianos 25° y 74° de longitud Oeste al sur del paralelo de 60° de latitud Sur.
Desde la inauguración de la primera estación científica (Base Orcadas) en la Isla Laurie, Archipiélago de las Orcadas del Sur, el 22 de febrero de 1904, nuestro país tiene presencia permanente e ininterrumpida en la Antártida, siendo la presencia continua más antigua en dicho continente. Contamos con seis bases permanentes (Carlini, Orcadas, Esperanza, Marambio, San Martín y Belgrano II) y siete bases temporarias (Brown, Primavera, Decepción, Melchior, Matienzo, Cámara y Petrel).
La Argentina es uno de los doce signatarios originales del Tratado Antártico firmado en Washington el 1° de diciembre de 1959. El Tratado establece que la Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos, prohibiéndose toda actividad militar y los ensayos de toda clase de armas. Asimismo, resguarda adecuadamente la reivindicación de soberanía argentina en la Antártida frente a los reclamos superpuestos al argentino. De allí se desprende la importancia geopolítica que tiene para nuestro país el sostenimiento de un Sistema del Tratado Antártico vigoroso y eficaz que, además, asegura la existencia de una amplia zona de paz en nuestra frontera sur.
La Argentina es un promotor y actor central del Sistema del Tratado Antártico, que incluye la Convención sobre Focas Antárticas (1972), la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980) y el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente (1991).
La actividad científica, asegurada por el Instituto Antártico Argentino, es central en nuestra política antártica, colocando a nuestro país a la vanguardia en materia de producción científica en el continente blanco. Asimismo, la Argentina actualmente impulsa una propuesta de área marina protegida en la zona oeste de la Península Antártica y norte del Arco de Scotia, en forma conjunta con Chile, en el ámbito de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos que permitirá conocer mejor y proteger los recursos de una región crucial del continente que integra nuestro territorio nacional.
La continuidad de la política antártica argentina y el protagonismo de nuestro país en este tema requieren una acción exterior intensa y continua, de carácter diplomático y científico. Dicho esfuerzo procura incrementar la influencia de nuestro país en el proceso de toma de decisiones en los foros antárticos y asegurar así la soberanía sobre la Antártida Argentina.
Desde septiembre de 2004, Buenos Aires es la sede de la Secretaría Ejecutiva del Tratado Antártico. Al fortalecer el Sistema del Tratado Antártico nuestro país procura consolidarse como referente científico antártico y proveedor de servicios logísticos asociados al despliegue antártico de otros países o relacionados con el turismo antártico.
Por otro lado, la República Argentina posee soberanía no sólo sobre su territorio continental, sino también sobre sus islas y su mar territorial, que se extiende hasta una distancia de 12 millas náuticas. Asimismo, posee derechos soberanos para los fines de exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos en su Zona Económica Exclusiva, que se extiende hasta las 200 millas marinas. En tal sentido, la política exterior tiene la misión de establecer desde su área de competencia las condiciones de control sobre esa parte de la República Argentina, a través de acuerdos bilaterales y la participación en esquemas multilaterales de protección de los recursos naturales. A su vez, el país ejerce derechos de soberanía sobre su plataforma continental a los efectos de la exploración y de la explotación de sus recursos naturales.
La demarcación del límite exterior de la plataforma continental argentina ha permitido consolidar definitivamente los derechos de soberanía sobre miles de kilómetros cuadrados de lecho y subsuelo marino.
Cartografia:https://elordenmundial.com/
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