Responder frente a reaccionar, aumentar la atención, disfrutar del momento presente, comprender al otro y a mí mismo son solo algunas de las cualidades que desarrolla la práctica del mindfulness en el aula.


La preocupación por parte de los profesionales de la educación de la falta de habilidades emocionales junto a la búsqueda continua por parte de estos docentes de aquellas herramientas que permitan favorecer el desarrollo psicoemocional del alumnado condujo, tras un arduo trabajo previo, al desarrollo de un programa de mindfulness en las aulas como vía de desarrollo de la gestión emocional del alumnado y vehículo a su vez, del desarrollo de las competencias clave.

¿Qué es el mindfulness?


Mindfulness podría identificarse con la práctica y el desarrollo de la Educación Emocional. Desde el comienzo de los trabajos de Kabat-Zinn en 1979 en la Universidad de Massachusetts, la traducción del término mindfulness y la explicación del concepto ha sido múltiple pero podemos resumirlo diciendo que es UNA FORMA DE VIDA: ES VIVIR EL MOMENTO PRESENTE, SIN JUZGAR, CON ACEPTACIÓN.

Responder frente a reaccionar, aumentar la atención, disfrutar del momento presente, comprender al otro y a mí mismo, observar con detenimiento, aceptar a los demás y aceptarme a mí mismo. Estas y otras muchas, son cualidades que se desarrollan a través de prácticas diarias que de forma divertida y responsable podemos introducir en las aulas.

Características del docente mindfulness

El docente, como vehículo de mindfulness en el aula, no puede olvidar unas premisas fundamentales:
Para poder enseñar, el docente primero necesita aprender. Kabat-Zinn (2013) enfatiza en el hecho que una competencia clave es la experiencia directa y en primera persona de la práctica de mindfulness.
Habrá dificultades en el camino de tu propio aprendizaje como docente mindfulness: necesitas de tu compromiso y de una actitud de apertura hacia lo desconocido: TU PROPIO YO y según dice Ausías Cebolla (2014), el proceso de indagación es aboutamente imprescindible.
Siempre se aprende lo que se ama: seréis responsables, bellos responsables, del deseo de vuestro alumnado de llegar cada día al aula para vivir su propio mindfulness, pero para ello es preciso el desarrollo de una serie de habilidades (Kabat-Zinn, 2011 y Crane, 2012) necesarias para una enseñanza de Mindfulness eficaz:
Capacidad de escuchar profundamente, observar y sentir compasión hacia los participantes
Emplear un lenguaje sensible para guiar las prácticas y las dinámicas en clase
Habilidad para dialogar e indagar junto a tus alumnos
Capacidad para enseñar el enfoque intencional de la atención, la curiosidad, el compromiso, la ecuanimidad y la compasión.

Prácticas de mindfulness y competencias clave


1.- La atención a la respiración: sus variantes, focos de atención, contaje de respiraciones, primeros pasos en la autocompasión. En esta práctica y sus variaciones, se presta atención al proceso de la respiración sin alterarla, sin manipularla, sólo observando la entrada y salida de aire desde un punto de anclaje que puede ser el abdomen o las fosas nasales.

Con esta práctica se trabajan las siguientes competencias clave: comunicación lingüística, competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.

2.- El body scan (exploración corporal): el alumnado observa cada una de las partes de su cuerpo, prestando atención a las sensaciones que aparecen en cada parte del mismo.


Se trabajan las competencias en comunicación lingüística y aprender a aprender.


3.- Comiendo y caminando con atención plena. Cuando el alumno come, sólo come y cuando camina, sólo presta atención al acto de caminar.


Se desarrollan las competencias en comunicación lingüística, aprender a aprender y competencias sociales y cívicas.


4.- La imaginación guiada. A través de historias, cuentos, el alumnado es capaz de relajarse, desarrollar su imaginación y conocer su mundo interior.


Se trabajan las competencias en comunicación lingüística, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, digital, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.


5.- Prestar atención cada día: green corner, el semáforo de las emociones. El alumnado observa el crecimiento de las plantas sembradas por él mismo: su cuidado y cariño les ayuda a crecer cada día. Con el semáforo de las emociones, el alumnado nos dice cómo se encuentra en determinados momentos: después del recreo, tras una discusión, etc, lo que permite al docente actuar en consecuencia.


Se trabajan las competencias en comunicación lingüística, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, digitales, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor.
Conocimiento y aplicación en el aula


El desarrollo de mindfulness en el aula, se podría realizar desde cuatro niveles:

Un primer acercamiento consiste en conocer algunas técnicas básicas que permitan aplicarlas en momentos puntuales o cuando se estime oportuno, sirviendo de gran utilidad, como una herramienta más.

Un segundo paso más allá sería avanzar en la adquisición de una formación, más profunda y continuada, sobre programas de mindfulness. Requiere una aplicación más sistemática y temporalizada por parte del profesorado.

Un paso más allá consiste en impartir clase con ATENCIÓN PLENA. Se pretende con ello mostrar una nueva idea de cómo utilizar mindfulness y otras disciplinas relacionadas, en la elaboración y aplicación de Unidades Didácticas.

Fuente: https://buff.ly/2HHGMwl